La nueva tendencia en turismo rural: viajes cortos pero provechosos

Existe una nueva tendencia dentro de las vacaciones cortas o de fin de semana: el aprovechamiento extremo de los momentos de ocio. Atrás quedaron los viajes para descansar, no hacer nada y “dejarse llevar”. Y es que precisamente descubrir lugares de manos expertas sobre lo que nos gusta en lugares desconocidos permite exprimir al máximo los momentos de ocio, diversión y disfrute.
Muchos son los que organizan los fines de semana en función de gustos y actividades, nada de dejarlos en mano del azar. Así, el turismo específico se está abriendo paso cada vez más en el turismo rural, especialmente en la provincia de Cuenca.
De esta forma proliferan los viajes destinados a inmersión en la naturaleza, con kayaks, senderismo o vías ferratas; rutas paisajísticas con lagos, cascadas o bosques centenarios; experiencias gastronómicas donde el paladar le puede al tiempo y a las prisas; descubrimientos de espacios astronómicos desde uno de los cielos más despejados de Europa; visitas para descubrir los lugares donde anidan los buitres leonados; sendas para descubrir la vida salvaje en pleno hábitat (ciervos, corzos, jabalíes, cabras montesas…); aventurarse a la búsqueda de setas y hongos (níscalos, trufas, setas de cardo…); itinerarios que dejan al descubierto la Historia milenaria de estas tierras; y como no, lugares donde disfrutar de algunos de los caldos más interesantes del país (bodegas, vinotecas…).
Saber dónde ir, quién te puede llevar, dónde dormir o comer, y sobre todo, controlar los tiempos y las vivencias para disfrutarlas al máximo se han convertido en tendencia, especialmente en tierras conquenses.
Porque todo tiene cabida cuando se trata de combinar gustos y tiempo limitado. Y porque cada viaje es una aventura, se haga en pareja, en solitario, en grupo, con amigos o en familia. Las experiencias que se disfrutan generan recuerdos que difícilmente se olvidan. Y no hay mayor placer que descubrir un paraíso interior en plena Castilla-La Mancha.
