Refugio antiaéreo de la calle Calderón de la Barca en Cuenca

Mucha gente no sabe que en las entrañas de Cuenca capital, nombrada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, se esconden refugios antiaéreos de la época de la Guerra Civil Española. Elementos hoy silenciosos, para muchos olvidados y apenas observados por el tránsito de personas que caminan diariamente en sus aledaños, pero que sin duda fueron salvaguardas de la vida de aquellos que, en el enfrentamiento, se refugiaron en su interior para escapar de una muerte segura.
Uno de estos refugios se encuentra en la céntrica Calle Calderón de la Barca, de donde coge su nombre. Visitable varios días a la semana y con teatralización en las mismas, la Memoria Histórica de la localidad pone ante los ojos de quien quiera acercarse una idea de qué y cómo se vivía en aquel lugar un ataque de aviación enemiga.
En la Guerra Civil Española (1936-1939) la ciudad de Cuenca fue bombardeada en cinco ocasiones. A pesar de la crueldad con la que se ensañaron, puede decirse que sólo murieron 34 personas, ya que gracias a la acción coordinada de la Junta de Defensa Pasiva se construyeron una veintena de refugios antiaéreos que salvaron a gran parte de la población.
Bajar al refugio puede causar cierta aprensión, especialmente cuando las personas destinadas a explicar sus funciones te exponen ejemplos de los duros momentos que se debieron dar en ese sitio: las sirenas, el miedo, la incertidumbre, el nerviosismo, la ansiedad, el llanto, y especialmente el ruido de las bombas afuera.
Hoy día sólo dos son visitables turísticamente, el resto están localizados aunque no operativos. Y si bien están habilitados para esas visitas (luz, cartelería, etc.) no debemos olvidar que en aquel espacio en sus peores momentos había escasez de luz, la gente se atropellaba por encontrar un lugar en el que guarecerse, y muchos de los que entraban ya estaban heridos...
Ninguna guerra es buena. Mucho menos una guerra civil que enfrenta a compatriotas. Porque no hay vencedores y vencidos como muchos creen, sólo seres humanos que pierden vidas, familias, amigos, posesiones, seguridad... Ojalá este lugar y los otros refugios que en Cuenca se encuentran queden como un simple vestigio de un momento oscuro de nuestra Historia que no volvamos a repetir.
Fuentes utilizadas y enlaces de interés:
