Cuenca Desconocida

El municipio de Cañete cuenta con tres monumentos eclesiásticos que realzan su pasado medieval. Se trata de tres parroquias de las cuales sólo la Iglesia de Santiago Apóstol ha sobrevivido al paso del tiempo permaneciendo operativa. Sus compañeras, las dedicadas a Santa Ana y San Andrés perdieron su condición sagrada antes del siglo XVI, por lo que la longevidad de la de Santiago en estos menesteres es bastante sorprendente. 

Fue sin duda la más importante de los tres recintos por su ubicación estratégica. Así, destaca porque forma parte de la muralla defensiva en el extremo suroeste de la población, y en su tiempo de mayor gloria estuvo adosada al palacio de los marqueses de Cañete (los Hurtado de Mendoza), hoy desaparecido.

Si bien la iglesia actual fue reconstruida casi totalmente entre los s. XVII y XVIII (y algunas partes interpretadas), su origen y asentamiento datan del s. XII. Es evidente que dicha reconstrucción amplió los límites de la parroquia, ya que era algo menor y no formaba parte como ahora de la muralla. También dejó algún que otro resto de estilo claramente barroco. Y por la misma regla alguna modificación se debió hacer en el s. XV porque algo hay de resto gótico también. Pero su origen probablemente románico mantiene aún su esencia.

¿Cómo es arquitectónicamente? Pues como ya hemos mencionado está integrada en la maravillosa muralla musulmana que tan bien se conserva en Cañete. Es relativamente grande (desproporcionada dirían algunos) en relación con su altura y proporción. Consta de tres naves con una planta de iglesia salón (esto es, que todas tienen la misma altura) y están cubiertas por bóvedas de ladrillo, siendo la torre no excesivamente alta de "traza correcta".

Recuerda que si quieres visitarla es un templo en activo, por lo que tiene sus horarios.